Dr. Juan Carlos Viera: “La principal decisión es entregar todo el corazón a Dios”

Dr. Juan Carlos VieraDías atrás, arribó a la localidad de Libertador  San Martín el Dr. Juan Carlos Viera. Nacido en Uruguay y egresado como licenciado en Teología del Colegio Adventista del Plata en 1958, tuvo la responsabilidad de tomar posiciones de liderazgo como secretario ministerial y luego como presidente de la Unión Austral (en aquel entonces, compuesta por Argentina, Paraguay  y Uruguay). Además, se desempeñó como director asociado del White Estate (Centro de Investigación White de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día) y a partir de 1995,  como director del mencionado centro hasta el año 2000.

El doctor Viera visitó la UAP y brindó  charlas a estudiantes de la Facultad de Teología.

Aprovechando la estadía del Dr. Viera, La Agenda  tuvo la posibilidad de dialogar con él acerca  de su experiencia en el liderazgo.

Siendo el primer y único director sudamericano del White Estate de la Asociación General de la IASD, ¿cuál fue su sentir al cumplir esa responsabilidad?

Fue un honor poder hacerlo. Haber estado como director asociado me hizo ver qué era lo más importante y lo que podía hacer luego como director, para  dar un avance a lo que es el patrimonio White. Me pareció que una de las contribuciones podía ser cómo se relaciona Elena de White con los profetas bíblicos y para eso debíamos entender primero cómo Dios trabajó con los profetas. De esto, surgió la necesidad de una mirada más bíblica a los escritos de ella.  Así comprendimos mejor algunas actividades y decisiones que ella hacía con relación a la iglesia.

Existen extremos en la comprensión de Elena de White. ¿Cómo se logra conseguir unidad y equilibrio en pensamiento y en espíritu para que esto continúe?

La reconocemos como alguien que fue utilizada por Dios para traer mensajes a la iglesia. Pero ahí está la clave. Para entender a Elena White y su responsabilidad dentro de la Iglesia Adventista tenemos que entender, por ejemplo, al rey David y su responsabilidad. Él no era una persona perfecta. Tuvo muchos problemas y, sin embargo, Dios lo usó. Por eso, cualquier intento de poner a Elena como una mujer santa o virtuosa va en contra de los principios bíblicos. Ella tuvo errores. Para algunas personas es prácticamente imposible que Elena se haya equivocado, o que Dios haya tenido que corregirla incluso en sus escritos. Ella tuvo que decir “esto no está bien y Dios me corrigió”. Cuanto más sabe la iglesia acerca del ministerio profético de los autores bíblicos, cómo actuaban o cómo usaban su propio lenguaje, nos damos cuenta cómo actuó Elena de White.

El Centro de Investigación White que funciona en la UAP cumple 35 años en el mes de septiembre. ¿Qué trascendencia tiene el hecho de que una universidad como la UAP tenga una sede dentro del campus?

Tuve el privilegio de inaugurar ese centro hace 35 años y usé la ilustración de que este centro podría ser una torre de control para la iglesia, porque el espíritu de profecía tiene como primer motivo dirigir a la iglesia. Ya lo dijo Jesús, que el Espíritu Santo nos enseñaría todas las cosas y nos recordaría todo lo que Jesús nos había enseñado. Yo lo llamo a eso el magisterio del Espíritu Santo, entre otras funciones que tiene. El Centro White ha servido como orientador de la iglesia y esa es la función principal de todos los centros White alrededor del mundo.

¿Qué recuerda de su paso por esta universidad?

Era distinto, han pasado 56 años. Yo comencé a estudiar a los 18 años. Recuerdo con mucho cariño a mis profesores. Esa formación realmente nos ayudó para tener una base teológica y pastoral muy importante que aportó mucho al momento de nuestro desempeño.

Muchos han coincidido en verlo como un buen administrador, una persona profundamente teológica, muy humana e íntegra. 

Creo que en mi experiencia personal traté de ser una persona espiritual, honesta conmigo y los demás. Como administrador, me eligieron muy joven. A los 29 años me eligieron presidente de la Asociación Bonaerense. Me sentía tan pequeño que cuando me enteré me fui a casa con mi esposa a llorar. Me sentía incapaz.  Lo único que podía hacer era depender totalmente de Dios. En mi trayectoria, con cosas buenas y no tanto, siento que soy una persona que sirvió al Señor, con imperfecciones y debilidades que él perfeccionaba.

¿Qué recomendación le haría a un alumno de esta Casa que se encuentra proyectando su futuro en el servicio a otros?

En cuanto a la vida personal, entregarse a Dios y permitir que él planee la vida futura de cada uno;  y en cuanto a su servicio dentro de la iglesia, dedicarse de todo corazón, no dividir la vida entre el ministerio y los negocios. O se es negociante o se es un ministro. Creo que hay grandes desafíos para la siguiente generación, en particular, para los futuros ministros en la Iglesia Adventista. La principal decisión es entregar todo el corazón a Dios y no importa la profesión que elijas, lo significativo es que serás exitoso en lo que elegiste porque primero lo elegiste a él.

¿Qué impresión tiene de la Universidad Adventista del Plata?

La veo como un centro importante de educación para Sudamérica.  Los egresados de esta universidad son de gran influencia en diversas partes del mundo y sé que esta es una institución que todavía tiene mucho que dar para la Iglesia Adventista del Séptimo Día.