Agostina Manzur: “El esfuerzo tiene su recompensa”
En la Universidad Adventista del Plata existen diversos grupos que se dedican a realizar actividades de alcance comunitario. Uno de ellos es Jóvenes Adventistas en Misión (JAM), perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Salud. Alumnos, docentes y voluntarios de la comunidad se dedican a la construcción de iglesias en distintas provincias de Argentina. La Agenda quiso profundizar en el conocimiento de las actividades que realiza este grupo y del alcance de las mismas, por lo cual se puso en contacto con Agostina Manzur, coordinadora del equipo y alumna de Enfermería.
¿A que se dedican y quiénes conforman este grupo de voluntarios?
JAM quiere decir Jóvenes Adventistas Misioneros. Somos un grupo de voluntarios que, junto a albañiles y familias que quieran sumarse, nos dedicamos a la construcción de iglesias. Vamos a los lugares donde hace falta mano de obra. Por otro lado, en invierno organizamos una colonia de vacaciones para niños en la que se trabaja el área de salud y el área espiritual.
Además de construir, cumplen otras tareas en los lugares que visitan…
Se contacta al pastor del lugar al que vamos para enterarnos la necesidad específica de la iglesia. A veces hay que hacer demolición, ampliar la iglesia, colocar un techo. Y eso es lo que hacemos, lo que haga falta.
¿Qué lugares han alcanzado hasta ahora?
Estuvimos en Belén, Uruguay. Ahí fuimos a techar un salón que hacía mucho que estaba en esa condición y no lo podían utilizar. También fuimos a Córdoba, Gualeguaychú y Villaguay entre otros lugares.
¿Cuántos jóvenes de la UAP van a trabajar a estos lugares?
Cada vez que tenemos que viajar somos alrededor de 20 alumnos. A eso se le suman albañiles y otros voluntarios.
¿Qué los motiva a ser voluntarios para este trabajo?
Es una experiencia que te cambia la vida. Llegamos a lugares donde la gente no tiene dónde reunirse y sin embargo, eso no los detiene. Por ejemplo, el año pasado en Anisacate, Córdoba los hermanos se reunían en una carpa. Las condiciones climáticas no ayudaban. Hacía mucho frío. Al ver que ellos trabajaban mucho para conseguir materiales, construir su iglesia y de esa manera compartir el mensaje con otros, nos sentimos motivados a dejar una semana de nuestras vacaciones para ofrecerles lo que tenemos, que es la mano de obra.
Terminamos cansados, sucios, pero todo el esfuerzo tiene su recompensa. Somos conscientes de que producimos un impacto en el lugar al que vamos. Los hermanos nos comentan la alegría que les da ver a jóvenes que dedican su tiempo a este tipo de proyectos.
¿Cómo se pueden involucrar los alumnos que desean ser voluntarios?
Pueden contactarse con la gente de Capellanía, con los pastores Darío Maldonado o Roberto Giordana. Con ellos pueden ver los proyectos que hay para este año.
Una página de Facebook para contactarlos…
¡Sí! Búsquennos como Jóvenes Adventistas Misioneros. Van a ver fotos de lo que realizamos como grupo.