El IM culmina un año más de servicio

Conformado por treinta y cuatro grupos (veintisiete salen asiduamente, cada sábado, a distintas poblaciones aledañas a la UAP) y compuesto por más de cuatrocientos integrantes, el Instituto Misionero (IM) de la Facultad de Ciencias de la Salud (organizado hace catorce años) tiene como meta generar oportunidades para los jóvenes de distintas facultades y para miembros de la localidad, con el objetivo de que puedan ejercitarse y crecer en la formación de los valores que sustenta la Universidad Adventista del Plata (UAP). El IM busca la excelencia en el servicio abnegado y altruista, que tiene como ejemplo máximo a Jesucristo y sus enseñanzas.

Mariana Lucena, proviene de Venezuela y es estudiante del tercer año de la carrera de Medicina en la UAP. Ella es uno de los componentes del liderazgo de este grupo y nos dice: «Estoy ciento por ciento feliz de haber llegado a la Universidad. Me formo en lo que me gusta y Dios me trajo aquí con este propósito; he podido aprovechar cada una de las actividades (de servicio y espirituales) que este campus ofrece».

El IM es un espacio de crecimiento en el cual sus integrantes buscan constituirse en agentes de esperanza y de salud donde les toque desempeñarse. Los prepara para que, habiéndose insertado en el mercado laboral, sigan ofreciendo atención profesional de excelencia y esperanza.

«Aparte de todas las salidas y actividades particulares que se llevan a cabo sábado a sábado, se realizaron diez ExpoSalud en siete lugares distintitos y con un promedio de cuarenta estudiantes que se comprometieron con este programa —comenta Mariana Lucena—. Esta es una actividad que implica a la iglesia local y a los componentes del IM con el fin de que, a través de la promoción de los ochos remedios naturales, las personas que participen conozcan al Dios de las Sagradas Escrituras».

La Agenda consultó a Mariana Lucena sobre el balance y la devolución que hace el grupo con respecto a este año, a lo cual consignó: «Primero de todo, sentimos gratitud por lo que Dios hace con y por nosotros. Segundo, llegamos a este final de año con un cansancio satisfactorio, sabiendo que se cumplió con la misión. Nos relacionamos con muchas personas, adultos, jóvenes y niños, que recibieron un mensaje de esperanza y sintieron anhelo por una vida mejor. Esta es nuestra mayor satisfacción».