La UAP se hace eco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas

El estand de RSU concientizando sobre el uso indevido de sustanciasEl 26 de junio de 2016 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró el primer Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, desde la aprobación el año pasado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
A continuación, compartimos algunos párrafos de la carta que el Sr. Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, compartiera con motivo de este día en particular. «El Objetivo 3 exhorta a los países a adoptar medidas para fortalecer la prevención y el tratamiento del uso indebido de estupefacientes, poner fin al SIDA y combatir la hepatitis. El Objetivo 16 tiene por finalidad ayudar a construir sociedades e instituciones pacíficas, justas e inclusivas que puedan hacer frente a los problemas de las drogas ilícitas, la delincuencia, la corrupción y el terrorismo.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que también informaron las deliberaciones del período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el problema mundial de las drogas, celebrado en abril, promueven el principio fundamental de los tratados de fiscalización internacional de drogas, a saber, garantizar la salud y el bienestar de la humanidad. Para ello, hace falta encontrar un equilibrio entre interrumpir la oferta de drogas y prevenir y tratar los efectos dañinos de las drogas sobre la salud.
El problema mundial de las drogas exige una respuesta meditada y coherente de los gobiernos. El comercio ilícito de drogas propicia las redes de la delincuencia organizada transnacional, la co-rrupción sistémica y la violencia generalizada, y constituye además una grave amenaza para la salud pública. Son millones las personas que se ven directamente afectadas, especialmente los pobres, las mujeres y los niños vulnerables y los que viven en comunidades frágiles.
Los desafíos que plantea el problema mundial de las drogas exigen una respuesta mundial a la vez eficaz, compasiva y humanitaria. En el período extraordinario de sesiones sobre el problema mundial de las drogas celebrado en abril se hicieron progresos tangibles con respecto a promover alternativas a las penas de prisión, fortalecer los compromisos en materia de derechos humanos, prestar mayor atención a las ganancias financieras ilícitas, y luchar contra la corrupción. En este Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, exhorto a los países y a las comunidades a que sigan mejorando la vida de todas las persona destruidas por el abuso de drogas combinando la protección y la seguridad pública con un mayor hincapié en la salud, los derechos humanos y el desarrollo sostenible».
Dr. Daniel Gutiérrez RainaAtendiendo a esta problemática, La Agenda pudo dialogar con el Dr. Daniel Gutiérrez Raina, secretario Académico en la UAP, doctor en Salud Pública y especialista en el área de adicciones.

¿Qué impresión le deja este escenario global del mundo de las drogas y la propuesta de la ONU?
«Esta temática se viene trabajando desde hace muchos años. No por casualidad la iniciativa pro-viene de una entidad mundial, como lo es la ONU. ¿Por qué? Porque la problemática de las con-ductas adictivas es una cuestión global, pero con las características propias de cada región. En este caso, el énfasis está puesto en la adicción al uso indebido de sustancias ilícitas pero, indirectamente, también se está haciendo referencia al abuso en el consumo de sustancias legales como pueden ser el tabaco y el alcohol, primeras conductas adictivas que abren la puerta al consumo de las demás sustancias».

Como sociedad hemos tercerizado la responsabilidad que nos compete a entes reguladores de la actividad pública. ¿En dónde se ubica el rol social en este tema?
«Estos entes tienen el fin de asegurar la regulación, las pautas sociales. Pero, si como sociedad se toma la actitud de negar competencia en el tema, se está obstaculizando el contrato social de convivencia. Cada persona tiene un rol importante en la prevención: la familia, el entorno educativo, la iglesia, los clubes, etc. Todos estos actores sociales tienen injerencia en esta problemática».

El lunes 27, en el campus de la UAP, la Secretaría de Responsabilidad Social Universitaria (RSU) ubicó un estand de concientización acerca del tema del uso indebido de drogas, la influencia del ambiente en donde se desarrolla el individuo y la mirada social hacia el adicto.
«El escenario en donde nos toca desempeñarnos nos afecta. Las conductas a las que hacemos referencia traen consigo otras problemáticas sociales y, algunas, de extrema gravedad. Esta es una realidad que inquieta a todos. Me encantó la iniciativa de RSU y, en el estand, había un cartel con una pregunta: “¿Con qué cara miras a un adicto?” Desde mi perspectiva miro a un individuo igual a mí, con las mismas dificultades, pero distintas formas de responder a ellas. Como sociedad nos debemos unos a otros. Es muy fácil señalar las conductas de otros y nos olvidamos que nosotros podemos tener las mismas problemáticas o aún más graves».

¿En qué aspectos ha mejorado el tratamiento y el abordaje de este tema cada vez más actual?
«El avance ha sido significativo, pues se puso en el centro al factor sociedad. También, se ha ubi-cado en el tapete a las instituciones que tienen la responsabilidad de plantear programas que resulten en acciones salutogénicas (generadoras de salud) en la población. Este es un gran paso hacia la prevención. Otro aspecto importante es darles el lugar de competencia al niño y al adolescente. Ellos son el presente de nuestra sociedad y, a medida que ese presente se forma, educa y se lo escucha, se plantean los pilares para el futuro. Además, otro factor por destacar en el abordaje de este tema es la menor evidencia de discriminación hacia el adicto. Esta actitud negativa aparta, margina, genera resentimiento y, en consecuencia, más patologías.En resumen, debemos elaborar conductas sociales que prevengan y que desarrollen a los actores sociales. Como padres no tenemos que resignar el seguimiento de nuestros hijos, ellos están conectados a diversas gamas de relación y, como administradores de sus vidas, debemos acompañar el crecimiento de los nuestros».

Acerca de la universidad y su rol social, ¿Cómo ve el accionar de la institución al abordar esta problemática?
«El simple hecho de que RSU esté en el campus poniendo de relieve la temática, es promisorio pues hay conciencia de la realidad. Además, al enriquecer el dialogo a través de talleres (orienta-dos desde distintas perspectivas), medios de comunicación, actividades espirituales y grupos activos en la asistencia social estamos tomando una mayor conciencia del escenario en donde nos movemos».

¿Qué mensaje puede darse a los padres, sobre todo a aquellos que pueden estar viviendo situaciones de uso o abuso de sustancias?
«Siempre hay que darle el primer lugar al diálogo, a la apertura, al afecto. Yo te pregunto ¿cuándo fue la última vez que abrazaste a tu hijo? ¿Le hemos dicho lo importante que es para el entorno familiar? No minimicemos el problema, enfrentemos la situación. En el caso que la circunstancia nos supere, busquemos un referente que pueda orientarnos en el tema. Circunscribirlo o encerrarlo en el seno del hogar es peligroso, aumenta el riesgo y no lo soluciona. Recordemos que no somos unos superpadres, tenemos falencias y debemos crecer, aprender junto a nuestros hijos. Por último, quiero destacar una cuestión primordial: de rodillas busquen la guía de Dios, de esta manera se vencen las batallas. Busquen ayuda».