Pr. Daniel Bosqued: «El plan de vida que Dios tiene para nosotros es fascinante»

«EspiritualMente 2.0 – Actualizá tu fe»Desde el 12 al 20 de mayo se está llevando a cabo la primera semana de énfasis espiritual 2017 de la Universidad Adventista del Plata (UAP), bajo el lema: «EspiritualMente 2.0 – Actualizá tu fe». El orador que tiene a su cargo los temas de reflexión es el Pr. Daniel Bosqued, director de Jóvenes de la Unión Española y conductor del programa La verdad en dos minutos.
En el marco de esta semana tan cara para la Institución, La Agenda entrevistó al pastor Bosqued. A continuación compartimos el resultado de dicho encuentro:

LA -¿Cuál es tu sentir en estos primeros días de esta semana tan particular?
DB -«La verdad es que estoy muy contento. El feedback de la gente está siendo positivo y es muy gratificante el sentir que el mensaje está siendo útil. Cuando la gente me confiesa que el mensaje compartido los ha dejado pensando, o que le ha servido, me alegra mucho. Uno se pone en manos de Dios al preparar los temas y uno cree que su providencia lo ayuda a prepararlos, elegirlos y presentarlos. Cuando al final el resultado se cierra en el círculo de algo positivo, uno se siente parte de algo bonito».

LA -El viernes presentaste un tema que hace a la identidad del cristiano, principalmente en el hecho de sentirse distinto a los demás. ¿Por qué diferente es la palabra atinada en esta circunstancia donde es muy importante saber quiénes somos y quiénes debemos ser?
DB -«En el contexto del trabajo que desempeño con los jóvenes casi no hay márgenes para creerse superior. El gran problema es que hay muy poco conocimiento de lo que es la Iglesia Adventista, o la iglesia protestante. La gente tiene una noción de la religión como algo pasado, obsoleto y ya superado. Por lo tanto, cuando alguien, de repente, presenta sus creencias y sus ideales a una sociedad que piensa haberlo dejado hace siglos, se hace difícil decir: “yo los sigo creyendo”. Es más fácil que el joven adventista se sienta diferente tirando a raro que diferente tirando a superior; por eso el énfasis del tema era justamente eso. ¿Qué pasa cuando tu identidad está definida por algo que de puertas afuera es absurdo; que de puertas afuera es un cuento de hadas, que de puertas afuera ya se lo superó hace siglos? ¿Qué pasa cuando eso define tus ilusiones, tus metas, tus creencias, tus hábitos? Todo eso está definido como algo absurdo para la sociedad; todo eso tienen que enfrentar nuestros jóvenes y por eso decidí hablarlo, ponerlo sobre la mesa y decir: ¿Qué pasa? ¿Te sientes diferente? Y de ahí expresar: no basta con decir “seamos diferentes”, porque diferentes raros hay muchos, pero diferentes útiles hay pocos; y nuestra diferencia debe ser útil en el mundo. En eso estuvo centrado el tema del viernes, en decir: Tú eres alguien diferente, pero esa diferencia debe transformar vidas, debe transformar este mundo que necesita de tu diferencia».

LA -El sábado hablaste del camino de la santificación y te centraste en el tema de la perfección. ¿Cómo hallamos el equilibrio en este concepto?
DB -«Sí, el tema de la perfección, como mencionara el sábado, nos ha hecho mucho daño. Porque además de la presión que ya existe en la sociedad por alcanzarla, en nuestra iglesia se le añade el peso de lo divino; y cuando comenzamos a creer que Dios nos exige que seamos perfectos, causa estragos. Cuando alguien cree haber alcanzado un nivel de perfección que no tiene y que nunca lo tendrá, es el primer indicativo de que está mal; y vamos juzgando la vida de los demás por nuestra supuesta perfección. Si esto es traído al ámbito de la religión, los problemas son muchos».

LA -A veces como seres humanos nos vemos limitados en muchos aspectos de la vida, pero Dios nos da la oportunidad de crecer, y en ese crecer también está la esperanza de que él nos va a regalar un mejor lugar en el cielo. ¿Qué expectativa tiene el ser humano acerca del cielo?
DB -«No hay mucho margen en la Biblia para imaginar algo concreto. Lo que hay son esbozos de cómo será, y se presentan algunas pistas. También encontramos muchas características en los escritos de Elena de White, donde se describe con un poco más de detalle. Me gusta que esto sea así, porque a veces el ser humano imaginando algo, lo puede estropear. El hecho de que Dios nos dice que no nos hagamos imagen de él va en esta línea. Ni se te ocurra, no pierdas tiempo tratando de imaginarlo, no hagas imágenes porque en el momento que imaginamos algo, y lo hacemos concreto, lo hemos estropeado. Así que Dios pone barreras rompiendo nuestros esquemas. La Biblia dice: “Cosa que oído no oyó y que ojo no vio, ni ha subido a la mente del hombre, eso es lo que estoy preparando”. Dios rompe los esquemas y protege la realidad del cielo de nuestra expectativa. Dios trabaja las promesas y nos da pistas pero sin concretar la forma de lo que será para que no lo estropeemos».

LA -También hablaste de la fe; que no es una posesión del ser humano, sino que es un don de Dios. ¿Cómo hacemos para entender que Dios nos da todo y nosotros no tenemos que hacer nada más que creer para conseguirlo?
DB -«Vivimos en un mundo mercantilista donde si queremos algo, lo compramos; hay que sacrificarse para obtenerlo. Y este es el germen, como lo dice Elena G. White, de todas las religiones paganas, la justificación por las obras. Por eso la predicación de la justificación por la fe y acerca de la salvación, es una locura y nos cuesta vivirla. Cuando el ser humano logra entender que Dios quiere que lo dejemos actuar en nuestra vida, que nos pide permiso para salvarnos y que nuestra parte es aceptar ser salvos, se produce un milagro que transforma la mente humana y su espiritualidad».

LA -Estás principalmente frente a un auditorio de jóvenes que se están formando académicamente con proyección de futuro, y estamos acostumbrados a una visión muy cortoplacista; nos cuesta pensar en algo a largo plazo ¿Cómo hacemos para que la fe ahonde aún más y nuestro proyecto pueda tener más efecto hacia el futuro?
DB- «Pues, se trata de pensar en grande. Dejar que Dios siembre nuestra mente de sueños y que esos sueños puedan crecer. Que no lo limitemos. A largo plazo, el plan de vida que Dios tiene para nosotros es fascinante. Con tal de no limitarlo, ya hacemos mucho».

LA -Qué mensaje le podrías dejar a los jóvenes y a la Iglesia aquí en la Argentina.
DB –«Mucho ánimo con los desafíos que se están viviendo a todos los niveles. La sociedad ha avanzado mucho y la Iglesia Adventista no siempre ha avanzado con ella. La universidad está entre esos dos mundos: el eclesiástico y el social, así que debe tener una actitud de vanguardia tratando de reforzar la fe los jóvenes. Esa fe debe ser: madura, reforzada, razonada y trabajada; con espacio para dudar y plantearse cuestiones. Cuando un joven es capaz de dudar y resolver su duda, esa fe queda blindada. Yo creo que la Universidad es el espacio ideal donde los jóvenes pueden exponerse a los razonamientos, las influencias, los vientos que hay en este mundo. Si salen de este lugar con las ideas claras, nunca más tendrán dudas».