«Dos “revoluciones” en la música del CAP»
Por Daniel Oscar Plenc, con la colaboración de Rubén Duré, compositor, cantante y técnico de «Una Luz en el Camino» por muchos años
Thomas Alva Edison (1847-1931) inventó el primer grabador y reproductor de sonido llamado fonógrafo y Emil Berliner (1851-1929) lo mejoró al crear el gramófono (patentado en 1887) y los discos de vinilo. Ambos inventos resultaron en un verdadero éxito e impactaron en la difusión masiva de la música. El fonógrafo consistía en un cilindro, mientras que el gramófono se valía de un disco plano. El gramófono fue usado desde la última década del siglo XIX hasta mediados del siglo XX. El tamaño de las púas metálicas usadas por Berliner determinó el tamaño de los surcos en el disco y la velocidad de giro de unas 78 revoluciones por minuto (RPM). Dichos discos de material duro sólo permitían almacenar entre cuatro y cinco minutos por lado. Esa limitación llevó a la industria del cine a experimentar con discos de 33 1/3 RPM, con una capacidad de más de 11 minutos por lado. Los primeros discos de Larga Duración (LPs) fueron desarrollados en 1948, con surcos modificados y fabricados en material de plástico.
Un estudio preliminar (a la espera de informaciones adicionales por parte de los lectores de La Agenda) muestra que profesores, estudiantes y exalumnos del Colegio Adventista del Plata (CAP) decidieron difundir su música cristiana por medio de estos discos de 78 y de 33 RPM. Hasta donde se sepa, el primer disco de 78 RPM fue grabado por el Coro Armonías del Paraná, dirigido por Walton Brown (director del CAP) y por el profesor René Chaskelis. El Dr. Rolando Itín, graduado del CAP en 1950, formaba parte del coro ese año. Recuerda que hicieron una gira por el Uruguay y que cruzaron el Río de la Plata para grabar en Buenos Aires. El coro venía cantando muy bien, de modo que en unas pocas horas los doce cantos del disco estaban registrados. Otro disco, tal vez el único producido y comercializado por la Casa Editora Sudamericana (CES), fue grabado por un trío masculino, casi con seguridad en 1955. Sus integrantes eran exalumnos del CAP: Humberto Rasi (tenor), Tulio Peverini (barítono) y Américo Ciuffardi (bajo). El gerente de la editoral, pastor Roberto Rojas, tuvo la iniciativa, y las buenas ventas del trabajo justificaron su entusiasmo. Tulio Peverini era en ese tiempo redactor de la CES, Américo Ciuffardi se desempeñaba como ayudante pastoral y Humberto Rasi cursaba el Profesorado en Castellano, Literatura y Latín. Escribe el Dr. Rasi: «Recuerdo que el pastor Rojas alquiló un estudio de grabación con su técnico, localizado en la Avenida Corrientes de la Capital Federal, y un domingo de mañana pasamos algunas horas grabando varios himnos de nuestro repertorio. Rojas mismo había prestado y trasladado en un vehículo al estudio un órgano electrónico y la Prof. Raquel Basanta de Schmipf nos acompañó en ese instrumento. El resultado fue un disco de música cristiana que se comercializó con el sello de la Casa Editora Sudamericana. Era de pasta roja y pienso que de 78 RPM, que era el tipo usual por esos años».
Con la llegada de los años 1960 vinieron los novedosos discos de vinilo, de 33 RPM. De verdad fue una nueva revolución en la música del CAP o algunos de sus exalumnos. Cuatro discos de Francisco Priano han sido el deleite y la inspiración de muchos desde finales de esa década. Ya en los años 70 el pastor Priano se trasladó a Los Ángeles y comenzó a realizar tarea pastoral y evangelizadora como asociado del pastor Antonio Arteaga. Desde los Estados Unidos continuó difundiendo su música por medio de estos discos de una calidad vocal indiscutida. Las placas que conocemos del mencionado tenor argentino son: «Las noventa y nueve», con el acompañamiento al órgano de Alicia Gerometta; «Amor de Dios», con Adelma Gómez al órgano y Lina Tabuenca de Sánchez al piano; «Su bondad y su misericordia», al parecer grabado en los Estados Unidos en 1974 y «A Dios sea la gloria», grabado en 1978 en los Estados Unidos, con orquestación y dirección de Ron Compton. Priano nació en Buenos Aires y estudió en el CAP, donde comenzó a incursionar en el canto religioso y a colaborar con ciclos de evangelización en Argentina y en el extranjero. En la contratapa de uno de sus discos se lee: «Francisco Priano ha experimentado el gozo de una vida consagrada al servicio de Dios y de la humanidad y se deleita en volcar el sentir de su alma en himnos de alabanzas y melodías de esperanza».
Otra educada y potente voz de barítono quedó registrada en un disco de vinilo: la del médico y pastor Arturo J. Weiss, siempre acompañado en órgano o piano por su esposa Evelyn Gerber. En la contratapa del disco «Cuando amanezca» se lee que el Dr. Weiss era conocido por sus méritos vocales y por el sentimiento con que entonaba las palabras de su mensaje musical. Una contralto de buena formación musical que grabó en vinilo fue Elsa Esparcia de Schulz. Para el tiempo de la publicación del disco ya había actuado en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, además de presentarse en radio y televisión. El disco «Señor, mi Dios» contó con el acompañamiento de un virtuoso del órgano, René Rojas Marsollier, y fue grabado por Rubén Duré en iglesias de Buenos Aires.
Muchos de los discos de la época eran proyectos familiares, como en el caso de los hermanos Nora, Mirta, Marta y Rubén Ramos, integrantes del Conjunto Ecos. El Trío Ecos, con el acompañamiento de Rubén, grabó los discos «Yo soy feliz» y «Dulce Navidad» (Süss Christnach), en alemán. Es el caso también del dúo de las hermanas Esther y Angélica Arn, acompañadas por Rubén E. Arn.
Los cuartetos masculinos siempre tuvieron su público especial, aunque no fueran sino grupos de estudiantes, inspirados por «Los Heraldos del Rey», del programa «La Voz de la Esperanza». Tal vez el primero en grabar fue el Cuarteto Aleluya, del CAP. Elio Sack afirma que el grupo comenzó por 1960 y que siguió cantando hasta 1980. En el verano de 1968 grabó un disco simple, sin título. El Conjunto vocal Aleluya estaba integrado por Elio Sack, Francisco Priano, Juan Omar Finuchi e Iván Lust, y en uno de los cantos participaban las hermanas Nora y Marta Ramos. En 1962, con muchos nervios, cantaron para Los Heraldos del Rey en su visita a la institución. Gustó mucho una placa discográfica impresa poco después, con el título «Jesús ya viene ¿estás listo?», del Cuarteto Hooper, integrado por Marcelo, Raúl y Ricardo Ferrando y Rolando Schneider. Ellos habían comenzado a cantar en 1969 y grabaron en los inicios de los años 70. El Cuarteto Melodías comenzó también en el Colegio Adventista del Plata en 1960 con Haerley Roscher, Silvio Alva, René Pittau y Jorge Matto y todavía existe, después de muchas renovaciones en sus integrantes. Por muchos años formaron parte del cuarteto Rubén Duré, Mario Ferreyra, Hugo Vergan y Elbio Piro. El trabajo que Melodías llevó al vinilo y que gozó de la preferencia de muchos se llamó «El cielo azul», con el acompañamiento instrumental de Clelia Utz de Bernhardt. Pueden mencionarse adicionalmente las grabaciones de Melodías hechas para radio, televisión y películas del programa «Una Luz en el Camino». El cuarteto ha viajado extensamente para apoyar el programa, además de las memorables actuaciones en el Luna Park de Buenos Aires y en el Teatro Auditorium de Mar del Plata, con motivo de los multitudinarios programas de Navidad del año 1976. Uno de los primeros integrantes, el pastor Haerley Roscher, grabó un disco como solista en los Estados Unidos, titulado «Mi amante Jesús», con acompañamiento de orquesta. Por otra parte, muchos recuerdan con cariño al cuarteto vocal Hokeral 7 y sus discos de vinilo grabados en 1977. Los primeros integrantes fueron Ezequiel Becerra, Raúl Ferrando, Horacio Rodríguez y Aldo Mangold, con la participación de la contralto Marta Ramos. Hubo también un disco de Negro Spirituals, en inglés.
Destacados coros o conjuntos vocales de cámara registraron su trabajo en discos de 33 revoluciones, como el Coro Armonías, del CAP en los inicios de los años 1970. Una curiosidad fue la grabación de dos discos con dos cantatas para coro de hombres, compuestas y dirigidas por Alberto R. Treiyer, quien fuera alumno y luego profesor del CAP. El pastor Hernán Lavooy recuerda haber cantado en el coro que grabó el segundo de estos discos en 1972. El Conjunto Vocal Musicap fue organizado en 1972, con once voces bajo la dirección de Waldemar Wensell. El grupo habría de transformarse en el coro oficial del Colegio Adventista del Plata, en reemplazo del Coro Armonías del Paraná. El disco «Acompáñame», de Musicap, sonaba juvenil y novedoso por el estilo de los cantos, más el acompañamiento de piano, bajo, marimba y trompeta.
Como puede verse, muchos profesores y alumnos del CAP han cultivado el talento de la música y la han puesto al servicio de Dios. Testimonio de ello son esos antiguos discos de 78 o de 33 revoluciones, que han sido medios de elevación e inspiración para miles de personas en muchas partes del mundo.