«Este es un sueño que veinticinco años atrás no hubiésemos imaginado»

Esposos Esparcia junto a varios egresados del PEF y exintegranes del GimUAPEn el marco de la celebración de los 25 años del Profesorado de Educación Física (PEF) y de Gimuap —conjunto oficial de la Universidad Adventista del Plata (UAP)—, se han realizado diferentes actividades durante el pasado fin de semana. Gran número de alumnos, profesores, exintegrantes del conjunto oficial y exdirectores de la carrera se unieron para homenajear a quienes iniciaron la carrera y la agrupación, reencontrarse y recordar anécdotas. Los principales homenajeados durante el fin de semana fueron el Prof. Carlos Esparcia y la Lic. Cristina Ferrero de Esparcia, matrimonio que con esfuerzo y amor por la educación física guió los primeros pasos de la carrera y del grupo gimnástico.
La Agenda tuvo la posibilidad de conversar con la Lic. Cristina Ferrero de Esparcia, primera directora de Gimuap, quien compartió la historia de los inicios de este conjunto oficial: «En el año 1991, el grupo de gimnasia, que ya existía, llevó por primera vez el nombre Gimuap. Cuando mi hijo mayor estaba en la escuela primaria yo era profesora de educación física y veía, durante las clases, que había muchos chicos con condiciones físicas. Los espacios para estas clases eran muy breves, por lo que se hacía imposible atender y desarrollar las cualidades físicas de los niños. En aquel entonces no existía el polideportivo municipal, tampoco escuelas de fútbol, de hockey, patín ni ninguna disciplina como las que existen en este momento en Libertador San Martín, y sabíamos que era necesario generar actividades para esos chicos.
Por eso, un día le hice una propuesta a mi esposo: íbamos a invitar a algunos de nuestros alumnos a hacer gimnasia fuera del horario de clases. Entre dudas, definimos que lo haríamos. Gracias a Dios, sus padres también se comprometieron con esta invitación y así comenzamos. En primera instancia, atendimos a los chicos que asistían a la escuela primaria, pero luego los estudiantes del secundario también quisieron ser parte. Así, fuimos incluyendo a chicos más grandes y de pronto tuvimos un grupo de aproximadamente cuarenta integrantes. Con este grupo, nació la Academia de Gimnasia y el Gimuap, del cual solo participó un grupo seleccionado de estos chicos. Seguidamente, y con el apoyo del pastor Carlos Morales, quien era el rector del Colegio Adventista del Plata, comenzamos a trabajar en los uniformes del Gimuap, que tiempo después los alumnos pudieron lucir».
Consultada la Lic. Cristina de Esparcia sobre la marca que dejó el grupo gimnástico en su vida, compartió: «El Gimuap dejó en mí una gran satisfacción y terminó de convencerme de lo que es capaz la actividad física bien orientada, y lo que puede forjar en las personas. Siempre tuvimos presente que el Gimuap trabajaría desde una actividad física bien dirigida, según las edades, y siempre con un fin espiritual. Por esto, todas las prácticas del Gimuap finalizaban con una pequeña meditación. Estos espacios, en las prácticas, eran especiales porque siempre compartíamos mensajes que pudieran unir al grupo o atender algunas de las necesidades o preocupaciones que atravesaban los chicos. Disfrutábamos de nuestros logros, pero también nos apoyábamos en nuestras preocupaciones».
A su vez, al ser parte del proyecto inicial de la carrera del Profesorado de Educación Física, la licenciada recordó: «El pastor Carlos Morales visitó a mi esposo y le encargó la preparación del proyecto de esta carrera, ya que iría incluida en la oferta académica de lo que sería la nueva Universidad Adventista del Plata. Aunque nos tomó por sorpresa, comenzamos a trabajar desde ese momento: viajamos, nos asesoramos, conocimos a las autoridades y los planes de estudio de otras instituciones. De esta manera, nos fuimos formando con la ilusión de dar lo mejor, buscando un plan completo y diferente a todos. Esto nos llevó muchísimas horas de trabajo, pero por la gracia de Dios salimos adelante. Comenzar esta carrera también significó un milagro. Tanto para Carlos como para mí era algo que no podíamos siquiera soñar. Recordamos a alguien que soñó mucho más que nosotros: el pastor Carlos Morales. Desde el momento en que se comenzó a pensar en el PEF y hasta el día de hoy, el objetivo de la carrera es que los estudiantes puedan ver más allá de las técnicas que aprenden de un deporte o una actividad y que se planteen la pregunta: ¿qué puedo hacer con mis conocimientos en vóley, natación o gimnasia, entre otros? Actualmente, y en años anteriores, varios alumnos del PEF han estado en la «Ventana 10/40» trabajando como voluntarios en una escuela de fútbol. Ese es un sueño que veinticinco años atrás no lo hubiésemos tenido. Agradezco a Dios porque hubo gente emprendedora, comprometida y que apoyó a estos chicos; y a quienes a través de estos veinticinco años han conformado la carrera y el Gimuap. Deseo que Dios proteja a cada joven que haya sido parte de esta historia, para que todo lo que se ha gestado aquí pueda coronarse con el éxito de frutos eternos».