Pr. Randy Roberts: «Cristo ha tocado mi vida»

Pr. Randy RobertsDesde el 6 de mayo, la comunidad educativa de la Universidad Adventista del Plata está viviendo las instancias de la I Semana de Énfasis Espiritual de 2016 bajo el lema: «Toques incomparables de Cristo».
Un numeroso público se ha dado cita en el templo de la Universidad, en donde el Pr. Randy Roberts, orador de esta semana, está desplegando una serie de temas. La vida, el ejemplo y la convicción de Cristo tocan significativamente cada corazón que atiende a este mensaje.
Randy Roberts, hijo de Bob y Bettye Roberts, nació en Colombia. A través de sus padres, comprometidos con la misión evangélica durante muchos años en la División Interamericana de la Iglesia Adventista, tuvo la certeza de que su norte estaba en seguir el camino de sus progenitores.
Desde septiembre de 2000, se desempeña como pastor principal de la iglesia de Loma Linda University, cuya comunidad supera los seis mil quinientos miembros. Además, es conferencista internacional y escritor de diversas publicaciones.
Está casado con Anita y tiene dos hijos: Austin y Miranda.
El Pr. Roberts accedió gentilmente a dialogar sobre su vida y su compromiso con la misión de la iglesia.

¿Cómo se vive la experiencia de liderar unas de las comunidades más numerosas de la Iglesia Adventista en el mundo?
«Bueno, lo hacemos como equipo, sostenidos en la guía del Espíritu Santo y colaborando con distintos colegas comprometidos con la tarea de la iglesia. Loma Linda es una ciudad, con un centro adventista de salud, de clima agradable, receptora de muchos que, acogiéndose al beneficio de la jubilación, eligen ese lugar para residir. Por lo dicho, la iglesia de este lugar está integrada por numerosas personas de distintas generaciones».

¿Qué influencia han tenido sus padres en su ministerio?
«Han influido mucho. Durante veintiséis años llevaron a cabo su tarea en la División Interamericana. Yo nací en Bogotá y vivimos un buen tiempo en Colombia. El derrotero nos llevó a Venezuela, Curazao, Puerto Rico, República Dominicana, México y Guatemala. Luego, mi padre se desempeñó como evangelista, razón por la cual pudimos viajar por distintos países del mundo. Esta experiencia influyó en mi vida y en mi decisión por el pastorado».

Las Sagradas escrituras son  el centro mismo del mensajeUd. se ha desempeñado como pastor, capellán y docente. ¿De qué manera estas funciones aportaron en su responsabilidad?
«Me han dado mucho. Inicié mi carrera con la única idea de ser pastor. Pero Dios y el tiempo cambian nuestra visión de las cosas y nuestros planes. Luego de ser pastor, ingresé a desempeñarme en el área de capellanía, durante más de siete años, en el hospital de Loma Linda, momento en el cual realicé estudios de especialización. Además, durante seis años fui docente en la Facultad de Religión, en donde aún sigo desempeñándome en esta tarea. Pero, sinceramente, nunca he dejado de ser pastor. Durante esta etapa pude alcanzar una maestría en Aconsejamiento Familiar, lo que me permitió desempeñarme como consejero. Todo esto lo he disfrutado y ha prosperado mi ministerio».

Contextualizando en esta semana de énfasis espiritual en la UAP, ¿cómo surge la idea de «Toques incomparables de Cristo»?
Cuando predico, mi tema predilecto es Cristo. Él ha tocado y cambiado mi vida. No puedo dejar de hablar de ello. Las historias que se ponen de manifiesto en cada encuentro están reflejadas en los evangelios y tienen un profundo significado para mi vida. El estudio de ellas me ha dado la posibilidad de crecer espiritualmente y he sentido la presencia manifiesta del Espíritu Santo en este proceso. Si cada participante puede nutrirse de esta experiencia, encontrarse personalmente con Cristo y permitirle transformar su vida, los caminos tomarán nuevos rumbos y nuestras decisiones evidenciarán esta relación estrecha con él.

La relación que se genera entre el orador y el público resulta en distintas manifestaciones. ¿Cuál ha sido la devolución recibida de parte de su auditorio?
Los estudiantes de esta Casa me han impresionado. Es mucho el afecto que me han prodigado, fuera y dentro de la Universidad. Mi hija Miranda está dentro del grupo que compone el programa Adventist Colleges Abroad, que funciona en la UAP. Ella me otorgó la confianza de, al llegar aquí, sentirme como si ya conociera a los jóvenes que se conducen por este campus.

¿Qué similitudes encuentra en los jóvenes de aquí con respecto a aquellos con los que acostumbra relacionarse en Loma Linda?
«Veo muchas. Somos un mundo interconectado, cuestión relacionada a las nuevas tecnologías y redes sociales. Los jóvenes de cualquier lugar del mundo tienen el deseo de vivir una vida con sentido, regidos por un compromiso que los supera: saber que la mano de Dios los sostiene y que los guía. Quieren llegar al final de sus días sabiendo que ocuparon un lugar importante y que su influencia no pasó desapercibida. Tal vez, por tratarse de vivir su experiencia de formación en una institución adventista, veo en ellos el deseo de marcar la diferencia en la vida de otros».

En su experiencia ha tratado con muchos jóvenes. ¿Cuál ha sido la pregunta más difícil de responder?
«Viene a mi mente esta pregunta: ¿qué quiere Dios que haga de mi vida? Indecisión acerca del camino a tomar, tal vez. Ayudar a que ellos entiendan que Dios desea usarlos donde quiera que se encuentren me parece la más difícil. Esta pregunta puede tener muchas respuestas. ¿Cuál es la indicada?
Otro aspecto de dificultad lo encontramos como resultante de las relaciones interpersonales. Muchos estudiantes provienen de familias disfuncionales y, en esta etapa de sus vidas, les afecta. Hay hábitos del pasado que están influyendo en el presente y ellos desean con todas las ganas cambiar esta tendencia, pero es difícil. Otra cuestión que viene a mi mente son los momentos de duelo provocado por el suicidio de un ser querido, el caminar este sendero del luto, no es sencillo».

Muchos de los que viven esta semana de énfasis espiritual lo hacen a través de la radio o vía online. ¿Qué mensaje desea brindarles?
Cristo es la respuesta a las preguntas más profundas del ser humano. Caminar con él en cada momento de la vida no solo nos cambia, modifica nuestro entorno y nuestra eternidad.