Suenan las campanas en Munguluni

EvanyDebone_Munguluni_4El 27 de agosto, el programa Desde Temprano, conducido por el Pr. Daniel Briggen, que se transmite de 6:00 a 7:30 por FM Estudiantil, tuvo la oportunidad de conversar con Evany Debone, Comunicadora Social, recibida en la Universidad Adventista del Plata (UAP), quien se desempeña como voluntaria de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) en Mozambique, África.
Evany actúa como misionera y es responsable del Departamento de Comunicación de ADRA. Hace un año y medio se encuentra trabajando en esta tarea encomiable, en la que pone todo su tiempo y amor al servicio de aquellos que más lo necesitan.
EvanyDebone_Munguluni_1_web«Uno de los proyectos que más requiere nuestros servicios es Munguluni, una misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Fue el primer lugar a donde llegaron los misioneros adventistas en Mozambique. La zona es preciosa. Estamos en la costa del Océano Índico. Las personas son muy amables y cariñosas. Nos dieron una bienvenida espectacular. En el año 2012 se volvió a abrir una escuela adventista, oportunidad que nos ayudó a tener cercanía con los niños para trabajar con proyectos de agricultura y educación», cuenta la profesional.
Otro punto que destaca Evany es el hecho de que el encuentro internacional de universitarios misioneros adventistas «I Will Go», que tuvo como sede a la UAP en el año 2013, le permitió conocer a voluntarios de otras partes del mundo.
«En el “I Will Go” de 2013 tuve la oportunidad de conocer a personas de todo el mundo. Ellos me mostraron lo maravilloso de la actividad misionera. En ese encuentro, conocí también a una persona que estaba reclutando voluntarios para Munguluni. Un tiempo después, me contaron que necesitaban gente. Al principio tuve miedo. África no es un lugar que quede a la vuelta de la esquina. Pero oré y me di cuenta de que era Dios quien me llamaba. Después de conversarlo con mis padres, comencé a hacer los trámites para viajar».
Hay ocasiones en que el tren de la vida se dirige a estaciones que nunca creímos que iría. Nuestra ruta puede desviarse hacia los límites más recónditos de la tierra. Si dejamos que Dios sea nuestro conductor, podremos notar que cada cosa que nos pasó en la vida siempre tuvo un motivo. Cuando hacemos la voluntad de Dios, todas nuestras preguntas son respondidas. Todo lo que nos sucede es parte de un plan más grande que solo él conoce. Es simple: debemos poner nuestros pasos en el camino que el Señor preparó de antemano, como Evany, quien así lo relató: «En la UAP tuve una formación misionera. A través de las salidas con los grupos misioneros y los viajes misioneros de verano me fui interiorizando en este mundo. Y me gustó. Otra cosa que destaco es que, al haber estudiado en la UAP, pude conocer todo tipo de gente, todo tipo de cultura. Las realidades son distintas en todos los lugares. El idioma no me costó. Viví en Brasil, por lo tanto, el portugués lo manejo bien. El inglés lo aprendí cuando viajé a Estados Unidos. Todo esto me ayudó a estar más segura cuando tuve que venir a Mozambique. Me di cuenta de que cada cosa, desde estudiar Comunicación Social hasta las actividades extracurriculares, fueron tareas de preparación para la misión que tengo ahora. Nada fue casualidad. Dios siempre estuvo al mando». El trabajo con los niños es una de las actividades que más satisfacciones le ha traído a Evany en las tareas que desempeña. Allí, en la escuela, ella es más que una colaboradora. Hay veces en las que hace de traductora, otras veces de maestra, y hasta algunos la llaman «doc».
EvanyDebone_Munguluni_2«Un día en Munguluni comienza con el ruido de una campana. A través de los campanazos, que atraviesan las montañas con sus retumbes, los niños se enteran de que es hora de ir a la escuela. Lo primero que hacen es presentarse en la formación. Luego, tienen un culto y van a las aulas. En esos momentos hago de traductora y a veces colaboro con los profesores… Los chicos tienen clases hasta la media mañana. Se toman un recreo y almuerzan. Decidimos darles la comida a esta hora porque al llegar cansados después de tanto caminar, sus energías se agotan. Después de las actividades escolares, tienen la oportunidad de participar en coros y otras actividades. A la tarde me dedico más a lo mío: sacar fotos, buscar historias y documentarlas. En ADRA trabajamos con proyectos de seguridad alimentaria. Somos seis misioneros y vivimos todos juntos».
El trabajo escolar es importante. Pero surgen problemas ajenos a la educación. La pobreza, la distancia y la desnutrición son algunas de las dificultades que deben enfrentar Evany y los demás misioneros.
«Tenemos un lindo trabajo en la escuela adventista. Al principio no llegábamos a cien alumnos. Actualmente, tenemos alrededor de cuatrocientos. Trabajamos con niños que sufren una pobreza extrema. Caminan dos o tres horas para llegar a la escuela. Algunos hacen el recorrido descalzos. Antes tenían una sola muda de ropa. Logramos conseguir uniformes y ahora estamos tratando de obtener zapatos para los chicos. Queremos que conozcan la educación cristiana. Combatimos los casos de desnutrición con alimentos especiales. Hace poco llegó un profesor de Educación Física como misionero, así que les estamos enseñando deportes. La idea es formarlos de manera integral».
África no se caracteriza por ser un lugar abierto al cristianismo. La presencia de otras religiones o prácticas seculares hacen de esta zona un punto difícil de alcanzar. Pero Mozambique es un caso particular. Allí son muchos los adventistas, pero pocos saben lo que significa serlo.
«Fue aquí, en Mozambique, donde llegaron los primeros misioneros hace cincuenta años. La gente se interesó por lo que les contaban, y la iglesia creció de forma considerable. Pero la guerra complicó las cosas y los misioneros tuvieron que irse. Por lo tanto, la congregación de adventistas de este lugar lleva casi cuarenta años sin líderes espirituales. Hay casi novecientas iglesias, pero la mayoría de los miembros no sabe por qué es adventista. No conocen los Evangelios, quién es Jesús, o por qué respetan los sábados. Se mezclaron con el islamismo y con lo oculto (magia negra). Es por eso que se ven situaciones fuera de lo común. Por ejemplo, hay un hermano que tiene tres esposas. Después, hay otro que cuando se siente mal no va al médico, sino que acude al hechicero. Por este motivo, lo primero que hacemos es trabajar con la gente de la iglesia. Les enseñamos las doctrinas, nuestras creencias. Cuando terminamos esa etapa, llega el momento de ir a evangelizar afuera. En estos momentos nos encontramos entrenando a varios líderes para que tengan una preparación correcta y puedan actuar como dirigentes».
EvanyDebone_Munguluni_5Para finalizar, Evany dio una noticia que, seguramente, les sacará más de una sonrisa, así como nos alegró a nosotros. Contó quiénes son sus mayores aliados a la hora de evangelizar. Al momento de hacer cosas grandes, muchas veces los más capacitados son los más pequeños.
«Nuestro trabajo es formar líderes con conocimiento para enseñarles a las personas quién es Jesús. Y aquí, en Mozambique, los niños son nuestros mejores aliados. Ellos, en la escuela, aprenden de la Biblia. Luego, en sus hogares, predican. Brindan todo lo que reciben. En algunas iglesias encontramos a los pequeños dirigiendo cultos y escuelas sabáticas. Son situaciones que nos llenan de alegría».
Para ver todas las actividades que realiza la Iglesia Adventista en Mozambique, los invitamos a visitar www.munguluni.org y www.adramozambique.com