«Un milagro en mí»

PrRichardHernándezEste es el lema de la primera semana de oración del Instituto Adventista del Plata que se está desarrollando desde el 15 junio en el Salón de los Pioneros, en la Universidad Adventista del Plata. El orador es el Pr. Richard Hernández, evangelista de la Asociación Argentina Central de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Consultado acerca de cómo se logra captar la atención de tantos jóvenes, el Pr. Hernández puntualizó: «Llegar a la mente del joven y del adolescente es un desafío. Con el tiempo uno aprende que lo que más le interesa a la gente es lo que trata de ellos mismos. A veces intentamos hablarles de temas que no son de su incumbencia y les pasa por un costado. Pero cuando uno comparte acerca de lo que viven, piensan, sus emociones, las familias en donde se mueven, entonces el impacto es otro. De igual manera sucede con los adultos. Cuando me toca liderar cursos de estrés y se abordan temas en relación con padres mayores, o los hijos y la droga, entonces las personas responden. ¿Por qué? Porque te metiste en su mundo. Por otro lado, hay que pagar el precio que resulta en la reacción y la demanda del otro. “Vos hablaste de mí, ahora quiero que me ayudes” o “Vos me dijiste lo que me pasa, ahora decime cómo salgo”. Todos luchamos, tanto adultos como jóvenes, cada uno con su intensidad. En esa lucha, las personas se hacen de herramientas y salen adelante». «Lo que intento es hacer que los jóvenes se decidan por el Señor. Un cristiano sin iglesia es un jugador de fútbol sin equipo».
Continuando con el diálogo, el Pr. Hernández afirmó: «Las personas reaccionan de igual forma a los estímulos espirituales. ¿Por qué? Porque hay un agente que acompaña el mensaje, a saber, el Espíritu Santo. Este factor es lo que me da seguridad de que lo que comparto se basa en las Sagradas Escrituras, la palabra de Dios. Oro, confío y el Señor actúa».
Concluyendo, el orador de esta semana espiritual organizada por Capellanía de la UAP, se sinceró: «Yo percibo personas. Ahí está la riqueza de las cosas. Cuando predico pienso en que lo que digo debe impactar en una persona. Esta es la forma en que me comunico con el otro. La riqueza de esta experiencia toma forma en esa comunicación persona a persona. Nunca debemos olvidarnos de que nos relacionamos con personas y que queremos alcanzarlas. Cuando nos olvidamos de esto, nos transformamos en una empresa».