La UAP acompañó a la fundación “Legacy of Healing” en Chaco
La Iglesia Adventista tiene una red de hospitales en Ohio, EE. UU., conocida como Kettering. Esta red creó una fundación llamada “Legacy of Healing” (Legado de Salud) con la que todos los años, aproximadamente 40 profesionales de Kettering, realizan un viaje a algún lugar del mundo para proveer servicios de salud en áreas de gran necesidad. Este año eligieron servir en Chaco, Argentina, haciendo base en el sanatorio de Loma Linda, en la localidad de Sáenz Peña, en la mencionada provincia.
La primera semana del corriente mes, el equipo estuvo en la ciudad de Sáenz Peña realizando consultas, cirugías y trabajo de odontología. El jueves se movilizaron hasta Castelli, una ciudad a unos 100 km del sanatorio, e iniciaron actividades en el hospital público de allí. También, realizaron intervenciones quirúrgicas y odontológicas a niños y adultos.
El resultado de la semana de trabajo de estos voluntarios fue sorprendente. Se hicieron alrededor de 200 intervenciones quirúrgicas, más de 900 consultas médicas y otras tantas odontológicas.
En representación de la Universidad Adventista del Plata, para apoyar este trabajo, estuvieron presentes el decano y el vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Salud, doctores Milton Mesa y Kenny Vicente, respectivamente, acompañando a un grupo de nueve estudiantes de la carrera de Medicina. Fue clave su colaboración en la traducción para que se pudiera generar la comunicación entre doctores y pacientes y a la vez estuvieron a disposición de los médicos en lo que necesitaran, siempre bajo su supervisión. Los alumnos que participaron fueron: Nicholas Reyes, Nathanael Reyes, Karim Curti, Yamil Curti, Harold Duarte, Hansel Daurte, Carla Ailen Páez, Karen Jermina Rodríguez Lazo y Ann Elizabeth Leiss.
Por otro lado, instalaron un sistema de agua potable en tres comunidades de “El Impenetrable”. “Legacy of Healing” en conjunto con la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales Argentina (ADRA) consiguió y organizó los recursos para poder suplir esta necesidad básica. Esto fue muy apreciado por las comunidades y por el Dr. Antonio Morante, ministro de Salud Pública provincial, quien acompañó al grupo que instaló el sistema y a quienes hicieron el trabajo médico. El Dr. Morante expresó alegría y gratitud por la atención que la comunidad recibió durante la semana.
El viernes de noche hubo un programa de cierre en el que se agradeció a Dios por el trabajo hecho y al Ministro por el recibimiento brindado al equipo de trabajo. En la ocasión, se presentaron las estadísticas de la cantidad de pacientes atendidos.
El Dr. Mesa expresó su parecer acerca de esta actividad: “Para nosotros, como universidad, fue una gran oportunidad la de participar con nuestros alumnos para que pudieran vivir una experiencia de este tipo. También, de esta manera, tomamos conciencia de la gran necesidad que hay en nuestro país. Hay mucho por hacer y este caso nos permitió ver que es factible el contacto con las instituciones del Chaco para poder organizar actividades y servir allí”. Además, agregó: “Es un privilegio percibir cómo Dios está al mando, dirigiendo su iglesia. Como universidad respondemos al llamado de preparar a los jóvenes para servir en donde Dios los necesite”.
Los alumnos también expresaron la alegría de haber participado. Ann Leiss le contó a La Agenda su experiencia:
“Para mí fue una experiencia hermosa. Es una de las cosas de la vida que te abre los ojos y el corazón a la realidad de que en este mundo hay muchísima necesidad.
Había enfermedades de todo tipo como parasitosis, hernias, problemas estéticos y fue bueno atenderlas. Educar en prevención y brindar algo espiritual fue de mucha satisfacción. De esto es lo que más nos ocupamos nosotros con el Dr. Kenny Vicente y el Dr. Milton Mesa.
La gente estaba sumamente agradecida, incluso desde antes de ser atendidos. Tuvieron mucha paciencia porque había tanta gente para atender que a veces la espera era hasta la noche, pero en ningún momento se quejaron.
Recuerdo el caso de un niño de unos cinco años con labio leporino que, además, tenía una malformación en el paladar y en la nariz. La familia lo había llevado el día anterior para ver la posibilidad de que se realizara una cirugía. Fue aceptado para hacer la intervención al día siguiente. Luego de dos horas de cirugía, su carita cambió completamente. No tuvimos un espejo en ese momento para que pudiera verse, pero la reacción de sus padres fue emocionante. Al ver la transformación, supieron que la vida de su hijo cambiaría para siempre.
Además, estuve haciendo consultorio, acompañando a la doctora Wang. Recuerdo que una tarde llegó a atenderse una señora de unos 40 años que estaba hacía mucho tiempo con náuseas y un gran malestar físico. Ya había sido tratada con medicamentos. Al final de la consulta, la doctora le preguntó: “¿Por qué estás tan estresada?” La paciente contó que había sido abusada a los 6 años y que de grande no había sido capaz de formar un hogar estable. Debido a esto, había sufrido el rechazo de toda su familia, incluso de sus hijos. Tuvimos la oportunidad de hablar con ella sobre la esperanza y el amor incondicional que ofrece Jesús. Fue triste conocer su historia. No muchos pueden decir que no tienen nadie que los ame, pero algunas personas se sienten así. Invitamos a esta dama a asistir a la iglesia local, e intentamos animarla en el poco tiempo que pasamos con ella.
Esa semana tuve la experiencia más gratificante de mi vida. Hay muchos momentos de los cuales se disfruta en la vida, con familia o amigos, pero el servir al prójimo no tiene comparación. Aunque la semana fue agotadora física y emocionalmente, ya que dormíamos 4 o 5 horas por noche y el trabajo era arduo durante el día, al final pudimos ver los resultados. A pesar del cansancio, quedamos motivado para seguir trabajando por los demás”.
